Bajo Presión

¿Relaciones tóxicas?

 

Génesis 4.2-8 NTV

Cuando crecieron, Abel se hizo pastor de ovejas, mientras que Caín se dedicó a cultivar la tierra. Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus cultivos como ofrenda para el Señor. Abel también presentó una ofrenda: las mejores partes de algunos de los corderos que eran primeras crías de su rebaño. El Señor aceptó a Abel y a su ofrenda, pero no aceptó a Caín ni a su ofrenda. Esto hizo que Caín se enojara mucho, y se veía decaído. «¿Por qué estás tan enojado?—preguntó el Señor a Caín—. ¿Por qué te ves tan decaído? Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo». Cierto día Caín dijo a su hermano: «Salgamos al campo». Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.

 

Bajo presión relacional

Los problemas relacionales son las dificultades que surgen en las interacciones entre personas. Pueden manifestarse en diferentes ámbitos de la vida, como la familia, el trabajo, las amistades o las relaciones de pareja.

Algunos ejemplos de problemas relacionales son:

      Dificultad para establecer límites

      Dificultad para encontrar pareja

      Miedo al compromiso

      Miedo a la soledad

      Relaciones sentimentales turbulentas

      Problemas de manejo de ira

      Falta de asertividad

      Falta de comunicación

      Evitación de conflictos

      Conflictos familiares

 

Tips para aliviar la presión

  1. Asignar el valor más alto a las relaciones personales
  2. Amar como Jesús te ama
  3. Comunicarse desde el corazón
  4. Tal como juzgues, te juzgarán
  5. Las personas más grandes son las que sirven
  6. Tratar a otros como querés que te traten

 

 “Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos.” Romanos 12.18 DHH

 

“El perdón no cambia el pasado, pero sí ensancha el futuro.” – Paul Boese

 

“Ama hasta que duela. Si duele es buena señal.” – Madre Teresa